Desde una península lejana llegaron.
¡A robar!
¡A saquear!
¡A explotar!
¡A usurpar!
¡A quitar!
¡A discriminar!
¡A romper y estropear!
Dejémoslos ahí, ya no les queda nada; se fueron para dejarnos practicamente desamparados, o lo que es lo mismo, en manos de otros. En manos de otros terratenientes, otros explotadores, otros abusadores, otros asesinos, otros usurpadores.
¿Cuándo quedaremos libres? ¿Cuándo podremos cantar y reir?
Las cosas realmente nuestras se encuentran entre smog y mierda. Entre usurpados, explotados, abusados, tristes y desamparados... ¡aquí seguimos con sueños e ideas! Con muchísimas ganas de cambiar nuestro porvenir para que nadie se vea quitado de alegría y de su propio camino a seguir.
¡Arriba los que sueñan, arriba los que quedamos!