febrero 23, 2009

Carrera infinita

Avanza rápido. No hay vueltas ni titubeos. Consumo, compra, venta, pagos. Un solo rumbo, una vía. Tiembla. Agua y café. Saltos y gritos, desesperación. Adicciones. Colores, pinceles y pinturas. Pensamientos nauseabundos. Obstáculos. Luces rojas en el camino. Tira papeles para atrás. Deja compromisos al pasar. No hay camino. Lo va creando desde el comienzo. Apresura el paso. Saltos sin fronteras. No hay final. Inexistente límite.
¿Cuatro paredes? Sigo sin oir ruido alguno, sin poder oler esa fragancia, sin notar la caída de las hojas en otoño, sin apreciar el movimiento de la muchedumbre, sin lograr leer palabra, sin ir a lugar real, concurriendo a ningún sitio. Puedo soñar. También gritar y hablar. No hay respuestas...

febrero 12, 2009

.

Me muero por ti, me muero sin ti, me muero contigo.
De todos modos, moriré.

Incapazmente inútil.

Esperando algo que nunca llegará.
Moriré de cualquier modo, en un lugar indefinido, por razones desconocidas.
Con manos vacías, sin palabras quedaré. A pesar de cualquier fugaz intento, terminaré igual que todos, como un terrorista. Un suicida. Preferible es correr el riesgo, no obstante, hacerlo podría ser peligroso. Desafíos. Absurdamente y en un minuto desaparece todo. Absolutamente todo. Sin esencia plasmada. Tampoco respirando. Obtengo nada, por dar nada. Un eterno vínculo sin relación alguna. Sobran explicaciones. Además de muchos de nostros.

Encerrado. Sin sonidos, sin olores, sin sabores. Algunas difusas imágenes, varias confusas texturas. Destruiré barrotes. Ningún límite merece lugar. No quedarán barreras. No habrá espacio. Sigo soñando despierto y a veces dormido.