diciembre 14, 2008

Última noche, primer día.

Como borrachos, bañados en una fuerte fragancia, tambaleantes en su caminar, avanzan. Con una amnesia permanente, corriendo sin vuelta atrás. Sin afán por volver, tampoco con ganas de recordar.
Dejando todo bajo tierra, enterrándolo.
Locura actual, demencia futura.
Camina a paso firme, esquivando obstáculos. Evitando desgracias, empujando hacia delante. Moviéndose entre problemas, intocables vivencias. Saltando barreras, derribando muros. Creando un nuevo rumbo, dinamismo permanente. Destino eterno. Transformando caminos, cambiando direcciones, provocando hechos. Vagando con la frente en alto.
Brinda. Quiebra la copa. Botella vacía, sentado en la ausencia.
Blasfémico personaje. Delirante caminar. Tentador sueño. Declinante pensar. Violetas a su alrededor.
Solitariamente acompañado, va por la ciudad. Llega a una esquina, compra una flor. Con pétalos en mano, se dirije a entregarlos. Llega donde su amada, no la recuerda con exactitud. Se come el tallo, enamorado, escribe un poema, sin lápiz ni papel. Corriendo con manos medianamente vacias, nauseabundo, dejándolo todo. Olvidando lo olvidable, cruza el umbral. Llega al otro lado.
Corren por un abrazo. Infinito reloj. Inmaculado momento. Inolvidable pasar.
Arrancando de la normalidad, penetrando en el olvido. Desarraigados. Antológico lugar, hermosa compañía.
Se acabó el día, comenzó la noche...