junio 15, 2009

Acechándome.

Envuelto en no-lugares, revuelto de aire sucio. Inmerso en angustia responsable y electiva, solamente con pasos por dar, ninguno hacia atrás. El progreso y desarrollo me manejan. Me enloquecen. Papeles, cuentas, dinero y burocracia. Alrededor un tono gris toma el poder del pasaje, donde los perros callejeros caminan, algunos con sólo tres piernas. Otros ni ladran.
Gente pasa desapercibida, avanza en su rutinaria vida y no deja espacio alguno para detenerse. Su abrumadora brisa deja una fuerte estela al pasar, edionda. Absurda y delirante. Donde los gatos maullan y los gallos cantan. Los colores se entremezclan en las veredas, donde todo se torna grisáceo, completamente oscuro, el negro lo domina. Manipula cada paso, cada mente, todo caimnar. Los caminos van hacia el mismo rumbo, donde nadie queda excento de las garras del oscuro color. Ese abismo que se acerca a nosotros, para culminar entre cuatro paredes del tono que se quiera, sin embargo, trascienden las cuatro paredes que comienzan a encerrarte, la blancura de ellas, la limpieza, su constante belleza, sin mensaje alguno. La ilusión de todos nosotros reflejada en ese cándido lugar, blasfema entre nosotros.
La verdad corrupta, donde el dinero fácil y el lavado de cerebro nos unidemensionan la vida.